La campaña citrícola a punto de comenzar (solo se han recolectado algunas partidas de variedades tempranas de clementinas) está marcada por la incertidumbre. Así lo destacan los agricultores, quienes afirman que las primeras compras de clemenules se están cerrando “sobre todo a resultas”, según el presidente de la cooperativa Nulexport, Pasqual Pla. El portavoz del grupo de presión agrícola, José Montagut también recalca que se están cerrando “pocas operaciones a precio y muchas a como salgan”.
Y es que hay “mucho miedo entre los exportadores a la hora de adquirir... y mucho miedo entre los citricultores de no poder vender la cosecha”, dice. Y ello a pesar de que los precios oficiales no son malos. La Conselleria de Agricultura señala que esta semana se paga la variedad estrella de la provincia a 0,22 euros el kilo y la Mesa de Cítricos de la Lonja de Valencia constata valores de 0,19 a 0,26 euros/kilo. Son precios casi calcados a los del año pasado por estas fechas. No en vano, la campaña pasada comenzó con buenas cotizaciones y a partir de noviembre cayó en picado.
Desde la Conselleria trataron ayer de insuflar optimismo en este inicio de temporada, al apuntar que la fruta es “de excelente calidad” y con “calibres adecuados” que incluso mejorarán gracias a las últimas lluvias, lo que deja un “escenario favorable” para que haya buenos precios para el agricultor. La indicación geográfica protegida Cítricos Valencianos ya apuntó esto mismo la semana pasada y el secretario técnico de Fepac-Asaja, Doménec Nàcher, también señala que todo apunta “a que va a haber buenos precios”. Para lograrlo, la Conselleria pidió ayer “la colaboración y la responsabilidad entre los distintos operadores citrícolas” y solicitó el uso del contrato homologado de compraventa.
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